“Para mi que hay algo que nadie cuenta” es una frase que escucho sin parar.

En este artículo quiero contarte mi experiencia de financiarme vendiendo artesanías durante 5 años, en 9 países de Latinoamérica, sin contar con otras fuentes de ingresos como un alquiler en Argentina. Pura y exclusivamente con la venta de artesanías.
Voy a responder a esas dudas que aparecen cuando soñás con dejar todo para viajar y vivir de lo que producís con tus manos. También quiero que tengas una idea clara de si este camino es para vos.
¿Es posible vivir exclusivamente de las artesanías?
Para responder esta pregunta, lo primero que tenés que hacer es mirar tu realidad. No hay una respuesta única que funcione para todos. Si estás pensando en dejar tu trabajo para vivir de vender artesanías mientras viajás, tenés que saber que este camino implica mucha más planificación de lo que parece a simple vista.
La clave para determinar si es viable es entender tus números:

1. ¿Cuánto dinero necesitás por mes en tu vida de viaje?
El primer paso es calcular cuánto dinero vas a gastar en un mes típico de viaje. Esto incluye:
- Combustible: este será uno de tus mayores gastos.
- Comida: ¿Vas a cocinar, comer afuera o una mezcla de ambos? ¿Cuánto gastás hoy en comida?
- Lavandería: si bien vas a poder lavar algo en tu vehículo o en la casa de algunas personas cuando te inviten, el resto del tiempo será un gasto a considerar.
- Otros gastos: Seguros, reparaciones del vehículo, actividades turísticas, y algo para emergencias.
Aunque se escucha mucho por ahí que «Vivir viajando es más barato», la verdad es que los costos cambian según el estilo de viaje que quieras tener, las cosas a las que no quieras renunciar y las que sí o sí quieras hacer para que tu viaje sea como lo imaginaste y no simplemente una vida de privaciones sobre ruedas.
2. ¿Cuánto te puede dejar la artesanía que elegiste?
Después de saber cuánto necesitás, el siguiente paso es analizar el producto que querés vender. Preguntate:
- ¿Cuánto cuesta producir cada unidad?
Incluí los materiales, las herramientas y sobre todo el tiempo que le dedicás, algo que muchas veces se omite. - ¿Qué precio le podés poner?
Esto depende del mercado en el que estés, pero tiene que ser competitivo y dejarte una ganancia real. - ¿Cuánto tenés que vender al mes?
Acá es dónde las cosas empiezan a tener color. ¿Cuántas unidades tenés que vender para generar el dinero que necesitás por mes después de separar el costo? ¿Es un número realista?
3. ¿Cuánto tiempo te lleva producir y vender?

Tenés que evaluar si la artesanía que elegiste es compatible con la vida que querés en la ruta.
- ¿Cuántas horas al día necesitás para producir?
- ¿Cuántas horas dedicás a vender?
- ¿Te queda tiempo para disfrutar del viaje?
Cuando vivís viajando, el tiempo también es un recurso limitado, aunque otra frase que se escucha también mucho es «Nosotros los viajeros tenemos tiempo», la realidad es que tenemos las mismas 24 horas que cualquier otro mortal y la vida en viaje, hace que tengamos que dedicar tiempo a cosas en las que antes ni pensábamos: dónde cargar agua, dónde desagotar el agua sucia, dónde conseguir lo que necesitamos en esa nueva ciudad que no conocemos. Además de producir, vender, manejar, conocer los lugares y tener mucha vida social.
¿Es viable para vos?
La respuesta a si podés vivir de las artesanías mientras viajás depende de este análisis personal. Lo que le funciona a otros puede no ser lo ideal para vos, y está bien. Lo importante es ser realista con tus expectativas, planificar y ajustar sobre la marcha.
Si necesitás ayuda para calcular tus números, analizar tu producto o saber si esta opción es viable para vos, escribime a comunidad@viajarvalelapena.com ¡Estoy para ayudarte a que este sueño sea posible sin tantos golpes en la ruta! 😊
Salir a vender artesanías es convertirse en emprendedor

Si estás considerando dejar tu trabajo en relación de dependencia para salir a vender artesanías, quiero advertirte algo importante: esto no es solo hacer y vender, es convertirte en emprendedor.
Eso significa aprender a:
- Producir algo atractivo y funcional.
- Presentarlo y venderlo con estrategias de marketing.
- Ponerle un precio justo que contemple costos, tiempos y ganancias.
- Llevar un registro claro de las finanzas.
No es algo que se logre de un día para otro, pero sí, se puede vivir vendiendo artesanías. Solo hay que pasar por un proceso de aprendizaje.
¿Cuánto tiempo lleva aprender este proceso?
Convertirte en emprendedor mientras viajás no sucede de la noche a la mañana. Aprender todo lo que implica llevar adelante este negocio puede tomarte en promedio un año, pero podría ser más:
- Producir con calidad: Al principio, puede que te lleve tiempo perfeccionar tus productos para que sean atractivos para la gente.
- Entender cómo vender: Aprender qué decir, cómo presentarte, y qué estrategias funcionan mejor para captar clientes es un proceso de prueba y error.
- Gestionar las finanzas: No basta con vender, también tenés que saber cuánto ganás realmente y cómo manejar ese dinero.
Lo ideal es empezar a practicar antes de lanzarte a la ruta. Si todavía estás trabajando, probá dedicar tus fines de semana o tardes libres a producir y vender artesanías. Así podés:
- Identificar qué productos tienen más demanda.
- Mejorar tus habilidades de venta.
- Probar precios y promociones.
- Ganar experiencia sin la presión de depender exclusivamente de esos ingresos.
Consejo: No renuncies antes de probar tu idea

Antes de dejar tu trabajo, asegurate de tener una base sólida. Esto significa:
- Haber probado tu producto: Vendé en ferias, mercados, en la calle para medir la aceptación de tu producto.
- Tener un colchón financiero: Ahorrá lo suficiente para cubrir al menos 3-6 meses de gastos para poder afrontar las fluctuaciones de los ingresos, propias del trabajo independiente.
- Planificar con claridad: Calculá cuánto dinero necesitás al mes en viaje y cuánto tiempo te llevará generar esos ingresos con las artesanías.
Salir a la ruta sin haber probado previamente puede ser muy frustrante. Con un poco de preparación, podés evitar muchos de los errores que otros aprendimos a los golpes.
Si necesitás ayuda para organizar tus ideas o evaluar si esta opción es viable para vos, escribime. Estoy acá para guiarte en este proceso y ayudarte a tomar decisiones informadas. 😊
Para que tengas una idea de este proceso, te dejo estos dos videos donde contamos cómo fue nuestra experiencia vendiendo artesanías:
Las cosas que no podés controlar: Regulaciones locales y el clima
Cuando decidís vivir viajando y vender artesanías, hay factores que están completamente fuera de tu control y que pueden afectar tus ingresos. Dos de los principales son las regulaciones locales y el clima. Conocer estos desafíos y estar preparado/a puede marcar la diferencia entre seguir adelante o tener que frenar tu viaje.

Regulaciones locales: El reto de vender como turista
Aunque vender artesanías parece algo inofensivo, como turista no está permitido trabajar en el país que estás visitando. Esto significa que técnicamente no podés vender, y en algunos lugares las regulaciones son más estrictas que en otros:
- Países con restricciones absolutas: Puede que en ciertas regiones no te permitan vender en la calle, en ferias o en mercados.
- Multas o decomisos: En algunos casos, las autoridades pueden confiscar tus productos o imponerte una multa.
El clima: Cuando la naturaleza no colabora
El clima también puede ser un gran obstáculo, especialmente si tu negocio depende de estar al aire libre.
- Lluvia constante: En lugares como Centroamérica, puede llover más de 250 días al año. Esto significa que muchos días no vas a poder trabajar en la calle o en ferias al aire libre. O que será un poco más complicado, nunca imposible si tu decisión es salir adelante. Nosotros estuvimos 2 años en centroamérica vendiendo artesanías, con muchísima lluvia, y lo logramos.
- Altas temperaturas o frío extremo: También pueden limitarte si el clima no es apto para estar afuera todo el día.
Armá un plan para enfrentar lo inesperado

Saber que estos desafíos existen es el primer paso, pero también es importante tener un plan para enfrentarlos:
- Creá un fondo de emergencia: Ahorrá lo suficiente para cubrir varios meses de gastos en caso de que no puedas vender por problemas de regulación o clima.
- Diversificá tus ingresos: No dependas exclusivamente de las ventas. Podés ofrecer talleres, buscar trabajo temporal en lugares donde sea permitido, o incluso generar ingresos pasivos en línea.
- Adaptate al entorno: Ser flexible y creativo/a para buscar alternativas puede ayudarte a superar estos desafíos.
Vivir viajando no significa que todo sea perfecto, pero con preparación y un plan, podés enfrentar cualquier situación que se presente. ¡Recordá que los imprevistos forman parte de la aventura! y son una gran oportunidad para autoconcerte y crecer😊
Lo que aprendimos sobre vivir viajando y vendiendo artesanías
Vivir viajando y sostenerse con la venta de artesanías puede ser una experiencia enriquecedora, pero también desafiante. Después de años en la ruta, estas son algunas de las lecciones más importantes que aprendimos:
Los ingresos son fluctuantes y el público siempre cambia

Como todo emprendimiento, los ingresos pueden variar mes a mes. Sin embargo, vivir viajando tiene un agravante: cada vez que llegás a un lugar nuevo, tenés que empezar de cero y buscar nuevos clientes. Esto implica:
- Entender la demanda local y adaptar tu producto a los gustos de la región de manera rápida.
- Invertir tiempo en encontrar los mejores lugares para vender cada vez que llegás a un lugar.
- Afrontar temporadas altas de ventas, pero también momentos en los que nadie compra, ya sea por el clima, la economía local o simplemente la falta de interés.
Nota personal; nos pasó en Perú, teníamos que pedir permisos para vender, no siempre los conseguíamos y cuando lo hacíamos ¡La gente ni nos registraba!
Otra experiencia desafiante la tuvimos en Costa Rica, no sólo teníamos que lidiar con la lluvia diaria ¡A nadie le interesaban nuestros productos!
💡 Consejo: En estos dos videos te contamos cómo fuimos aprendiendo a enfrentar estas situaciones:
Tal vez sea difícil de escalar
Vender artesanías tiene un límite natural:
- El tipo de producto: Algunos productos tienen un precio tope que el cliente está dispuesto a pagar, lo que puede limitar tus ingresos.
- Tu capacidad de producción: Al depender de tu tiempo y habilidades, hay un límite en cuánto podés producir por mes.
- El tiempo en cada lugar: Al viajar constantemente, no podés quedarte en un solo sitio para construir una base de clientes sólida.
Esto significa que, aunque podés generar ingresos para sostenerte, puede ser difícil aumentar tus ganancias de manera significativa sin diversificar o complementar con otras fuentes de ingreso.
Requiere adaptación constante (como todo emprendimiento)
La clave para sostenerte es ser flexible. Cada lugar tiene sus propias características y demandas, y no siempre lo que funcionó en un país será exitoso en el próximo. Por eso es importante:
- Escuchar a tus clientes y mejorar tus productos según sus comentarios.
- Explorar nuevos diseños, colores o materiales que se ajusten a los gustos locales.
- No frustrarte si algo no funciona de inmediato; adaptarte es parte del proceso.
Pero no todo son malas noticias:
La libertad de generar ingresos por tu cuenta
Una de las mayores satisfacciones de este estilo de vida es descubrir que podés generar ingresos sin depender de que alguien te pague un sueldo. Ser responsable de tus propios ingresos te enseña a valorar tu esfuerzo y te da una libertad que no tiene precio.
Desde mi experiencia personal, es una de las mayores ganancias que me dio el viaje. Hoy trabajar para otro ya no es una opción para mi y soy capaz de detectar muchas oportunidades para generar ingresos a mi alrededor, así disfruto de la libertad y flexibilidad que me da ser independiente.
Conectás con los locales y vivís la cultura muy de cerca

Vender artesanías no es solo una forma de financiar tu viaje; es una manera increíble de:
- Conectar con las personas del lugar. Cada venta trae una conversación, una sonrisa o incluso una historia que enriquece tu experiencia.
- Sumergirte en la cultura local. Podés aprender sobre sus costumbres, tradiciones y valores, mientras ellos también conocen tu historia a través de tus productos.
¿Pros y contras de vivir viajando y vender artesanías?
Pros:
- Libertad para moverte y generar ingresos a tu ritmo.
- Conexión directa con personas y culturas locales.
- Desarrollo de habilidades de venta, comunicación y adaptabilidad.
- Aprendés que sos capaz de generar ingresos por tu cuenta.
Contras:
- Ingresos inconstantes y muchas variables fuera de tu control.
- Límites naturales en la escalabilidad del negocio.
- Dependencia de encontrar lugares y momentos adecuados para vender.
- Requiere una gran capacidad de adaptación y creatividad.
Conclusión: No es imposible, pero tampoco es fácil
Vivir de artesanías mientras viajás requiere esfuerzo, organización y adaptación constante.
Si estás pensando en este estilo de vida, quiero que tengas toda la información necesaria y que tomes una decisión basada en tu realidad.
Si querés saber más o necesitás ayuda para calcular cuánto podrías generar o gastar en tu viaje, escribime a comunidad@viajarvalelapena.com ¡Estoy acá para ayudarte a organizar tus finanzas y planificar tu aventura!. 😊